¿Qué es el liderazgo?
Es el conjunto de habilidades gerenciales o directivas que un individuo tiene para influir en la forma de ser o actuar de las personas en un grupo de trabajo determinado, logrando que este equipo trabaje con entusiasmo hacia el logro de sus metas y objetivos.
Si bien existen distintos tipos de liderazgo, en general los colaboradores se sienten más satisfechos cuando sus líderes transmiten la información de forma clara, efectiva, honesta y generando confianza. Tiene que ser accesible y abierto a la escucha. Además, esperan que se tomen decisiones vinculadas a los valores de la organización, que haya igualdad en el trato, reconocimiento del trabajo extra, feedback de calidad, acompañamiento y enseñanza.
El liderazgo en pandemia
Frente a una coyuntura tan determinante como lo fue la llegada de la pandemia COVID-19, que tiene a personas en todas partes reevaluando sus vidas y su trabajo, muchos esperan que el ámbito laboral sea una fuente de propósito en sus vidas. El liderazgo en pandemia requiere entonces todo lo que un líder orgánico implica, sumado a que ahora también ocupan un rol importante al acompañar a sus empleados a encontrar su propósito y vivirlo, promover un mejor balance vida-trabajo y flexibilidad, para poder enfrentar una nueva realidad.
Los aprendizajes y desafíos se hicieron más visibles en el último año, y hoy el líder también debe ser capaz de gestionar equipos a distancia, manejar crisis, gestionar la productividad ante el teletrabajo, etc. Pero sobre todo deben ser capaces de brindar seguridad psicológica, en el cual los colaboradores perciban al equipo como un lugar seguro donde también tengan un soporte cuasi afectivo. Por ello, dedicar tiempo a generar un espacio y un momento para que el equipo vaya más allá de lo formal es fundamental para atravesar con éxito esta situación que vivimos.
Simón Sinek, el autor del libro “Los lideres comen al final”, ejemplifica con esta metáfora, como debería actuar un líder para ser efectivo. Él explica que el verdadero liderazgo requiere una dosis alta de sacrificio. Por lo que “comer al final” sería poner los propios intereses a un lado para proteger al resto, tal como lo haría un padre con sus hijos. Y es que ellos, los buenos líderes, consideran a su gente, como si fueran sus propia familia. Y cuando este brinde protección a los miembros del equipo, lo más seguro es que reciba ese mismo cuidado a cambio.
Puede sonar hasta exagerado, pero la situación actual requiere de todos los recursos disponibles para crear un ambiente de trabajo propicio para poder desarrollarse. Las personas somos seres sociales, y actuamos de acuerdo al ambiente que nos rodea. Mientras más tirantez, o falta de comunicación encontremos, más nos encerramos en nosotros mismos, y cuando menos lo creamos, habremos dejado de cooperar en pos de los objetivos de la empresa.
“Desde Slik , encontramos que se puede predecir hasta en un 51% de la satisfacción del colaborador con su líder teniendo en cuenta el estado de ánimo que tienen los colaboradores con su equipo de trabajo, es decir, la forma de relacionarse con otras personas y/o sectores, la confianza, colaboración y la facilidad para comunicarse entre ellos; trabajar en un entorno que les permita innovar y tomar decisiones de forma rápida”, manifestó Paulina Robalino, nuestra Head of People Science.
El futuro del liderazgo está aquí
El contexto actual requiere hacer uso de una nueva forma de liderazgo. Entre ellos, el adaptativo. Los líderes intentarán realizar un cambio dentro de la organización, y las personas que forman parte -al menos la mayoría- se resistirán. ¿Y por qué sucede de esta forma? Básicamente, porque las personas se resisten al cambio, aunque sea para mejor. Entonces el líder tendrá en sus manos, el tener que trabajar en los hábitos, valores y creencias de los colaboradores, aunque el cambio implique pérdidas. Justamente es, en estos momentos, donde podrá y tendrá que demostrar sus capacidades.
Además, estos nuevos líderes, emergidos durante la pandemia, dependerán de estar más conectados con las realidades de sus colaboradores, de la sociedad y del contexto en general (Liderazgo emocional). Ya no podrán ver a la empresa como un ecosistema aparte, aislado de las circunstancias que los rodean. Deberán contar con capacidad de resiliencia ante eventuales pérdidas, y la capacidad de afrontar todo lo que se desarrolle dentro y fuera del ámbito laboral.
El liderazgo empático, factor clave, ya que la capacidad de escucha y de ponerse en el lugar del otro, será un factor fundamental para potenciar equipos de trabajo sólidos y fuertes. Las emociones jugarán un rol principal. A diferencia de hace algunos años, donde estaba hasta mal visto que un líder demuestre su “costado emocional”. Se volverá necesario para aumentar el grado de confianza y disminuir los niveles de estrés y ansiedad de su equipo. Humanizarse es urgente, y es una de las enseñanzas de esta pandemia, donde ayudar y cooperar con el otro no es solo una elección, sino una necesidad.
“En Slik con base a nuestros análisis encontramos que existe una correlación significativa entre la satisfacción con el liderazgo y la percepción de productividad, es decir, que cuando un colaborador está satisfecho con sus líderes también se siente más productivo”, explicó Paulina Robalino.
Está más que claro que el líder que saldrá airoso de esta crisis mundial, es aquel que pueda ser ágil, decidido, pero también flexible. El teletrabajo y la gestión de equipos a distancia, nos vino a mostrar la diferencia entre lo urgente y lo importante. Ordenó prioridades, acomodó valores y sostuvo con éxito a los equipos de trabajo. Estos equipos sin duda, estuvieron guiados por un buen líder que supo, a pesar de la adversidad, marcar la diferencia.