“El activo más importante de nuestra compañía son ustedes, las personas”- es la frase que usa un CEO al abrir su discurso a toda la compañía - se escuchan los aplausos.
“Sí, claro...” piensa Carla, que está en el fondo del auditorio escuchando a su CEO hablar de lo importante que es la cultura y el compromiso de los empleados.
Ese mismo mes, 3 de sus compañeros de trabajo se fueron a otras empresas. Uno de ellos se fue porque no consiguió que la organización le diera la oportunidad de capacitarse en nuevas tecnologías, otro porque se sentía abrumado con todos los cambios y no veía el rumbo al que se dirigía el equipo y el otro porque le pagaban más en otro lado por un trabajo similar.
Carla y sus compañeros están frustrados porque todas las semanas entra alguien nuevo para reemplazar a la persona que se fue. Su equipo se ocupa de dar soporte a los clientes y procurar que tengan una excelente experiencia. En definitiva están desanimados porque ellos mismos no están teniendo una buena experiencia con la organización en la que trabajan.
El CEO habla de que la empresa sigue creciendo y que todos tienen que seguir comprometidos con el crecimiento.
“¿Para qué seguir comprometida?”, piensa Carla, “las cosas no van a cambiar para mí”.
Quizá a varios les parece familiar la historia de Carla, o se sienten identificados. A pesar de que estudios previos demostraron que la reputación del CEO es importante para el éxito de una organización, también es uno de sus activos más valiosos y competitivos. Según el Edelman Trust Barometer 2021 durante este último año los CEOs han perdido credibilidad.
Por lo general, cuando hablamos de Experiencia del Colaborador (PX) la responsabilidad la ligamos directamente a la organización como tal. Sin embargo, una excelente experiencia no son solo los “beneficios” que brinda. Sino que incluye a todos los que conforman esa organización (entre ellos los CEOs) y a la Cultura Organizacional: “La razón de ser y los valores que la constituyen”.
Por ello, es que cada vez más CEOs y directivos (líderes) están convencidos de que son los “drivers” para transmitir, incluir y accionar la experiencia del colaborador.
Según, Jacob Morgan la Experiencia del Colaborador funciona como “un tipo de efecto dominó que comienza con los líderes de nivel más alto de una organización y se extiende a todos los colaboradores independientemente de su antigüedad”.
Esto se debe a que el CEO tiene la mayor influencia sobre toda la organización y su cultura y, por lo general, puede hacer que las cosas sucedan. Por ejemplo, en algunas organizaciones nombradas como World’s Best Workplace como Cisco, DHL, SalesForce o Mercado Libre, el equipo ejecutivo utiliza el lenguaje y transmiten el mensaje que incorpora PX.
Algunas acciones que se incluyen en la agenda de los CEOs para generar una Cultura enfocada en PX son:
Finalmente, es importante encontrar un equilibrio entre la toma de decisiones que sirvan al bien mayor de sus organizaciones y, al mismo tiempo, seguir trabajando en el bienestar emocional de los que están dentro de la organización.
El corazón de la Cultura está en las experiencias que cada
Colaborador tiene en su Trabajo