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Guía para poner en Práctica el Mindful Eating en tu Organización

Escrito por Paulina Robalino | Mar 17, 2022 11:30:00 AM

¿Cuántas veces nos ha pasado que estamos comiendo algo y de pronto nos damos cuenta que ya nos lo hemos terminado? Sin saber cómo y pensando que aún quedaba un poco más. Es momento de empezar a poner atención a la forma en la que estamos alimentándonos. Y no me refiero a ponerse “a dieta”.

El ritmo de nuestro día a día es tan acelerado y se ha mantenido a lo largo de estos últimos años. Lo que nos ha obligado invariablemente a destinar menos tiempo para comprar, preparar y consumir alimentos. Además, según la Asociación de psicología Americana este ritmo de vida, trae consigo estrés y agotamiento, que pueden ser los “responsables” de hacernos comer mucho más o mucho menos de lo normal y/o de seleccionar alimentos no tan convenientes para nuestra salud.

De ahí la importancia de incluir prácticas y rutinas que disminuyan el estrés y mejoren el bienestar holístico para nosotros y nuestros colaboradores. Parte fundamental de este bienestar es la forma en la que nos alimentamos y la consciencia con la que elegimos nuestros alimentos.

Cada vez son más las personas que eligen cambiar. Un claro ejemplo, muestra la tendencia de 629,351 personas que se inscribieron en Veganuary 2022. Siendo la edición más grande en la historia de este evento, con el objetivo de incluir una alimentación basada en plantas y con conciencia en el medio ambiente.

Pero como mencionaba anteriormente no se trata de elegir un tipo de alimentación sino que se trata de hacer elecciones conscientes, sobre lo que comemos y cómo lo hacemos.


Alimentación Consciente

El Mindful Eating o alimentación consciente nos enseña a respetar las señales internas y vivir la experiencia satisfactoria que puede brindar la comida. Darnos cuenta del sabor, textura, olor, apariencia de lo que estamos degustando. Así como también de las sensaciones físicas, mentales y emocionales asociadas al comer, como el hambre, la saciedad y la satisfacción.

El Mindful Eating no es una técnica para reducir el peso, ni está asociado a un tipo de dieta. Su objetivo es incentivar una relación más sana con la comida, promueve tomar consciencia de nuestra salud y nuestro entorno.

Si que es cierto que entre los beneficios de esta nueva relación están que aumentan nuestros niveles de bienestar. Tener una forma de vida sana incluyendo todos los alimentos, encontrarnos bien física y mentalmente, obtener y mantener el peso a un nivel saludable, ganarle la batalla a los trastornos alimentarios, todo esto ayuda disfrutar mucho más de y con los alimentos.

En el camino de la alimentación consciente son importantes 3 aspectos:

  • Conocer POR QUÉ comes lo que comes. Está más vinculado a lo emocional y psicológico.
  • Identificar y modificar CÓMO comes.
  • Elegir QUÉ es lo que quiero comer, sin restricciones y ataduras.


En los últimos años, el mindfulness se ha utilizado como una estrategia de intervención exitosa para promover prácticas de alimentación más saludables como la reducción de los antojos de alimentos, la disminución de la ingesta de calorías y la pérdida y el aumento de la autoeficacia de la dieta (Albert et al., 2010; Jenkins & Tapper, 2013; Jordan et al., 2014; Timmerman & Brown, 2012).

Además, factores como el hambre puede influir en nuestras actitudes hacia la elección de alimentos, por lo general aumenta el atractivo de los alimentos ricos en energía (Amin & Mercer, 2016; Siep et al., 2009) y desencadena reacciones automáticas orientadas a la alimentación (Papies et al., 2008). Sin embargo, la investigación ha demostrado que la alimentación consciente puede ayudar a disminuir el “atractivo” al considerar que son alimentos poco saludables y reconocer que son meros eventos mentales, lo que posteriormente resulta en una reducción de los refrigerios poco saludables (Marchiori & Papies, 2014).


¿Por qué es tan importante para las organizaciones que nuestros colaboradores mejoren sus hábitos de alimentación?

Seguro escuchaste la frase, “Barriga llena, corazón contento”. Y es que una vez que hemos comido y saciado nuestro apetito, nos sentimos felices y satisfechos. Y podemos dedicarnos mejor a la vida cotidiana.

El tema es que la alimentación no debe ser ajena al ámbito laboral más si se tiene en cuenta que el trabajo insume más de la mitad del día de un colaborador. Diversos estudios confirmaron que  mejora el desempeño y no sólo mejora la calidad de vida de los colaboradores sino que también reduce el ausentismo.

Según Christopher Wanjek en su libro Food at Work señala que la población mundial se ve afectada por problemas nutricionales de exceso o déficit; la anemia o la hipoglucemia que afectan de forma significativa el desempeño, la coordinación y disminuyen la capacidad de trabajo físico. Por otro lado, la obesidad está asociada con mayor ausentismo laboral.

Entonces, los lugares de trabajo deben ser un entorno prioritario para la promoción de la salud, teniendo en cuenta que las acciones realizadas permiten que los miembros de la organización reduzcan alteraciones de salud y alcancen su bienestar, dirigiéndose entonces no sólo a conductas individuales, sino también a condiciones laborales.

Desde el año 1953, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) ha recomendado la implementación de las políticas y buenas prácticas organizacionales motivando acciones que impulsen el bienestar integral de los trabajadores. Entre ellas está la promoción de espacios saludables desde la alimentación para contribuir en la seguridad alimentaria y nutricional de la población y mejorar el bienestar colectivo.

Crear experiencias de alimentación consciente en las organizaciones

Desde SLIK te recomendamos:

Escuchar a tus colaboradores:
Es uno de los pasos más importantes, ya que se constituye en la base de referencia para proponer acciones y avanzar en el siguiente paso “Promoción y Experiencias”.

Tienes diversos caminos para conocer qué es lo que están viviendo y como lo están viviendo tus colaboradores. Realizar encuestas no solo respecto a la satisfacción de servicio que ofrecen en los comedores, sino también sobre los hábitos, tipos de alimentación y expectativas de tus colaboradores.

Además, como alternativa para profundizar en los hábitos puedes utilizar escalas como el de Mindful Eating Scale (MES) , encuestas o entrevistas que te permitan identificar si el trabajo o actividad diaria le impiden mantener una alimentación saludable y una vida activa, si padece de estrés relacionado con el trabajo y si está balanceando su trabajo y vida personal.

Pon en marcha campañas de promoción y crea experiencias de alimentación consciente:
A veces no necesitas mucho, comienza por respetar e incentivar a utilizar los horarios de almuerzo o recesos de los colaboradores. “Take your time”, invita a tus colaboradores a tomarse el tiempo. La experta Mireia Hurtado especialista en Mindful Eating cuenta como “un bocado cada vez”, una técnica propuesta por Jan Chozen en su libro «Comer Antentos», hace que nos tomemos unos segundos entre bocado y bocado y seamos más conscientes de lo que estamos experimentando y de lo que pensamos.

Si bien parecería sencillo dejar los cubiertos en la mesa entre bocados, o dejar el alimento en el plato si comemos con las manos. Las prisas de hoy en día provocan que cada vez comamos más rápido y con menos atención, por lo que modificar esté hábito puede ser algo realmente retador, pero no imposible.

Recuerda que este espacio permite que se centren en el momento de alimentarse. Seguro retoman actividades mucho más contentos y motivados.
Si tienes que ofrecer un lunch o catering, recuerda que más no es mejor un banquete de elecciones que puede saturar los sentidos. La abundancia de aromas, colores y sonidos despiertan el paladar y nos impulsan a comer. En sí mismo, no es malo —¿a quién no le gusta ver y oler una comida deliciosa?—, pero a menudo nos incita a comer mecánicamente, tanto si tenemos hambre como si no.

Comparte crea espacios con y para tus colaboradores donde puedan conocer más sobre alimentación consciente y compartir recursos. Acá te dejamos algunos libros, blogs y videos.

Da el ejemplo:

En el proceso de transformación recuerda que el cambio empieza por uno y se contagia. Las personas aprendemos de lo que vemos. Muéstrate practicando Mindfulness Eating, conversa sobre ello y los cambios que has notaste en ti. ¡Comparte tus experiencias!

Te dejamos estas 6 formas para comenzar a practicar Mindful Eating recomendadas por la organización Mindful.org.

 



Hoy en día nos encontramos en una vida de “alta velocidad”, la celeridad de las cosas nos lleva a que gran parte de nuestra alimentación transcurra en piloto automático.
¿Cuántas de esas veces nos pasó que estábamos comiendo mientras hacíamos algo (trabajamos, estudiamos, veíamos televisión, revisamos redes sociales)? No prestamos atención a la cantidad de comida servida o a la cantidad que hemos ingerido, hasta qué punto es sabrosa y ni siquiera si tenemos apetito. Incluir el mindfulness en nuestra vida puede ayudarnos a frenar la alimentación mecánica y a focalizar en prácticas que conserven nuestra salud.

Dejemos de estar en otro lugar, pensando en el pasado o en el futuro.
¡Vivamos, apreciemos y alimentémonos en el ahora!